Para los espectadores, especialmente la raza Dimensari, la batalla parecía estar llegando a su conclusión.
Desde el inicio de la batalla, aunque muchos entre los Dimensari se habían sorprendido por el poder de Atticus, especialmente cuando logró asestar un golpe a Cario, nunca habían dudado del resultado.
Entre los parágonos Dimensari, e incluso sus ciudadanos, no había emoción. Animar a su apogeo contra una raza tan insignificante como los humanos sería un insulto a su orgullo como raza superior.
Mientras tanto, la mayoría de los parágonos de otras razas que habían mantenido la vista en la pantalla de Atticus estaban igualmente sorprendidos. Ver a un humano empujar a un Dimensari a tal punto era inimaginable. Aún así, para ellos, la batalla estaba llegando a su fin.
Este sentimiento era compartido por todos en el coliseo, excepto por una persona: Magnus. Su mirada permanecía fija, toda su aura tranquila.