La boca de Magnus se retorció en vergüenza. ¿Realmente tenía que ser tan brutal?
—Solo dije todo eso para que entendieras la gravedad de la situación. Nosotros, los paragones, no somos 'inútiles'.
Atticus no pudo evitar soltar una leve risa al ver la reacción de Magnus. El hombre se esforzaba tanto por ocultar el hecho de que las palabras de Atticus lo habían afectado.
Magnus, quien escuchó la risa de Atticus, de repente entrecerró los ojos. Una sensación de temor inundó de inmediato a Atticus.
Era ahora el turno de Atticus de aclarar su garganta, lo cual hizo en el segundo siguiente, deteniendo de inmediato su risa.
—Como dije antes, ya hay un contrato de maná en vigor. Los contratos de maná son absolutos, incluso cuando se trata de paragones. No podrán ir tras de ti abiertamente. Ninguno de los altos mandos podría. Sin embargo, hay un pequeño defecto en el contrato, lo máximo que podrían hacer es enviarte gente discretamente, pero esto también tiene sus límites.