El plan de Zeras era aparecer tan poderoso que él solo sería suficiente para sembrar miedo y duda en los corazones del ejército enemigo.
Él iba a hacer que todos parecieran increíblemente poderosos yendo absolutamente con todo, provocando que los demonios olvidaran por completo su ventaja numérica y en lugar de eso creyeran que estaban librando una guerra perdida.
Él iba a hacerse aparecer imparable e invencible, sembrando duda y miedo, lo que sabía que causaría que el trabajo en equipo de los demonios se volviera un caos mientras sus corazones se encogían por el temor de ser la siguiente presa. Y con él haciendo que todo pareciera tan fácil, incentivaría aún más a su propio ejército, que creería que estaban ganando.
Como resultado, sus movimientos se volverían más coordinados, su duda inicial se desvanecía a medida que luchaban con aún más poder y cohesión, ganando la ventaja sobre el enemigo.