Felicie miraba atónita la extraña pero familiar imagen en el espejo.
Desde que era pequeña, su característica más destacada siempre había sido su pelo y ojos naranjas, algo especial y raro que la hacía increíblemente distintiva de los demás.
Pero ahora, la mitad de su cabello era una mezcla de su usual naranja y un extraño blanco plateado. Pero lo que era aún más peculiar era el color del blanco plateado. Parecía el que volaba erráticamente por toda la mitad de su cara en ese momento.
—¿Cómo ha ocurrido esto? ¿Desde cuándo ha ocurrido? —Felicie no pudo evitar preguntar. Aunque realmente no había mirado un espejo desde el inicio de su viaje, estaba completamente segura de haber dejado la posada con su cabello completamente naranja.