Zeras le dijo, antes de levantarse inmediatamente, preparándose para salir al instante.
—¿Qué pasa? —le preguntó con una ceja levantada al notar el silencio de la figura detrás de él.
—Oh, nada. Es solo que tenemos que esperar, creo, dos días más para que aparezca primero la torre. Solo entonces aprenderemos cómo navegar por el lugar y conocer la dirección. La dirección de la torre en relación con el norte, sur, este u oeste no es fija, ya sabes —le dijo Felicie con una sonrisa mientras las cejas de Zeras se fruncían en irritación, aunque ya había desaparecido antes de que ella pudiera notarlo, cuidadosamente oculto.
—Oh, tiene sentido. Esperaremos dos días más entonces. Puedo esperar al menos eso —dijo Zeras mientras Felicie sonreía en respuesta.
GRUUUUUUM.
El sonido, como el rugido apagado de un dragón, salió, y Zeras no pudo evitar levantar una ceja mientras miraba a Felicie, quien sonrió avergonzada, y se volvió a mirar su estómago.
—¿Tienes un dolor de estómago? —preguntó.