¡Presión!
Una cantidad masiva de presión, suficiente para convertir una montaña de diez mil metros en mero escombro, se abatió sobre Zeras con una locura de poder, tanto que sus rodillas se doblaron por ella.
La razón detrás de ello era más que clara. ¡La mujer frente a él estaba tratando de ponerlo de rodillas! Ni siquiera sabía por qué lo había detenido en primer lugar cuando les habían ordenado irse. Y ahora estaba tratando de ponerlo de rodillas, sin decir una sola palabra.
ROOOOOOOOOOOOOOOAR
Venas carmesíes, como las venas de un diablo calamitoso, se retorcían fuera del rostro de Zeras, su expresión parpadeando con sed de sangre.
Un anillo gigantesco apareció de inmediato en el vacío del espacio, la presión sobre él se hizo añicos, pero eso no fue todo.
—Puño de las Nueve Estrellas, Segunda Forma, Puño del Dios Enojado.
BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM