—Parece que tú tampoco has estado aquí antes, ¿verdad? —Zeras reflexionó, mirando a Kenji, quien tenía su mandíbula cayendo al suelo, solo para recuperarla después de su pregunta.
—Nunca estuve, jefe. Solo he escuchado las historias de este gran llamado. Nunca lo he presenciado desde que entré en la secta... —Kenji le respondió mientras Zeras de pronto fijó su mirada al frente. Misteriosamente, un total de diez figuras aparecieron de la nada.
—¿¡Qué diablos!? —Zeras no pudo evitar gritar sorprendido mientras miraba a las figuras. Su cara cambió enormemente, su corazón latía violentamente dentro de su pecho.
"¡Fuertes! ¡Son cientos de veces más fuertes que yo!—Zeras pensó en shock, mientras toda el área se tranquilizaba inmediatamente, todos los signos de murmullos desapareciendo como el paso del tiempo para uno inmortal.