—Los jadeos provenían nada menos que de las multitudes de miembros de la secta interior y exterior sentados en los asientos, y hasta algunos ancianos se levantaron en shock mientras lo miraban asombrados.
Por la extraña reacción de la multitud, los ojos de Qin Wenian destellaron una luz extraña mientras de repente miraba debajo de él. Sus ojos se abrieron en shock al ver la cabeza de la katana, que estaba perfectamente clavada en el lado derecho de su pecho, el final de esta sobresaliendo de su espalda, pintada con su propia sangre roja, que lentamente goteaba al suelo.
PASO
PASO
PASO
El sonido de pasos resonaba a través del escenario de batalla mientras Zeras caminaba lentamente hacia el joven, sus ojos tan imperturbables como el mar profundo.
—¿Una muerte tan rápida que el oponente ni siquiera sabe que ha encontrado con la muerte? —La voz burlona resonó desde Zeras...
BOOOOOOOOOOOM