FLAP
FLAP
FLAP
Su haori dorado ondeaba en el aire, en perfecta sincronía con su largo cabello blanco plateado que soplaba suavemente detrás de él. Su mano izquierda estaba posada en la espada dorada colgada en su cintura, y sus ojos estaban cerrados mientras miraba las estrellas en el oscuro cielo nocturno.
De pie en la cima del pico más alto presente en el lugar, debajo de él, se podían ver cientos de miles de demonios lanzándole miradas enojadas. Los enormes titanes entre ellos permanecían en el suelo, y los que volaban cubrían todo el espacio aéreo.
Rodeado y bloqueado desde todas las distancias, esa era la palabra que podía describir al joven, sin embargo, uno notaría la extraña pausa que había en el aire. Aunque los demonios sumaban cientos de miles, ninguno de ellos se movía hacia él, solo mostraban sus colmillos hacia él.