—¡Él sabía bien que lo tenía!
Algo en lo más profundo de su alma que habría impresionado enormemente al él del pasado hasta el núcleo: ¡Literalmente miles de estrellas dentro de su alma que aún tenían que crecer! ¿Fue estúpido haber intercambiado todo lo que poseía, cuánto había deseado desesperadamente que sus miles de genes volvieran, todo eso para poder convertirse en una encarnación del Todo?
—¡Sí! Probablemente sí lo era.
Pero lo que le facilitó decidirse y pagar un precio tan elevado fue que, realmente para Zeras, era un intercambio valioso.
¡El poder del cuerpo para contener millones de estrellas, miles de galaxias y un plano entero del cosmos dentro de un solo cuerpo!
Aunque creía que su potencial era incomparable, Zeras sabía que nunca llegaría a una etapa donde pudiera manejar planos literales de existencia dentro de su cuerpo. Ante tal cosa, sus miles de genes y habilidades parecían tan mundanos, que casi ni siquiera valía la pena mencionarlos.