Esas palabras fueron lo último que resonó en el espacio mientras Zeras sentía un tirón y al siguiente segundo, desapareció del vacío del espacio... Y una vez más, Zeras llegó frente a él.
—Eres tú... —Zeras musitó en voz alta, señalando a la entidad que le sonrió antes de estirar uno de sus dedos hacia él. En el siguiente instante, los ojos de Zera se cerraron de golpe mientras permanecía rígido donde estaba antes de abrir los ojos...
Y ahora su rostro se volvió calmado, con casi ninguna emoción en sus ojos, musitó...
—Ahora recuerdo... todo. —dijo mientras miraba su propio cuerpo, donde las pequeñas protostrellas en crecimiento eran tan claras como el día.
—Has superado el primer paso para convertirte en una Encarnación del Todo. Una Encarnación de las Estrellas... —dijo la entidad.
—Así que dime, Zeras. Dime una cosa que sepas... —dijo misteriosamente mientras Zeras levantaba la cabeza y flotaba hacia su rostro...
—Sé cómo se formaron las estrellas... —respondió.