—No tienes que preocuparte por mí —respondió Zeras con un tono asertivo mientras Hades sonreía antes de que repentinamente cerrara los ojos, quedándose absolutamente callado, el cabello volante moviendo su largo cabello blanco alrededor de él mientras su mano izquierda sostenía su espada enfundada al costado.
—¿Dormirse en medio de una batalla? ¡No! —caviló Zeras para sí mismo al presenciar cómo el aura de Hades se desvanecía lentamente en la nada...
Poco a poco toda el área quedó en silencio, una gracia silenciosa que le dio a Zeras una extraña sensación de hormigueo en la columna. Su propio cuerpo le advertía de un peligro intenso...
Y a pesar de que se suponía que debía detener inmediatamente lo que Hades estaba haciendo, no se movió y en su lugar observó con atención...
Poco a poco el aire que soplaba suavemente se detuvo, el aleteo de la hierba bajo sus pies se detuvo como si estuviera atrapada en el tiempo, y los diversos sonidos pequeños del área desaparecieron.
