—Eso fue más difícil que los dos anteriores. Pero lo superamos —la voz no era otra que la de un apuesto joven de cabellos blancos con cuatro grandes alas ocultas detrás de él.
A su lado había alrededor de otros tres expertos de la raza de Angelia que estaban todos agazapados en su posición, una señal de su lucha por resistir la cuarta presión.
—Hemos perdido a cuatro de los nuestros, pero también hemos acabado con un total de 15 genios malvados. Diré que es un intercambio digno... —Hades se dijo a sí mismo, girando detrás de él para mirar a los tres Angelia que todavía estaban agachados en el suelo, sin haberlo aún disipado.
Pero juzgando por su postura, se podía decir que ya estaban exhaustos.