—No te preocupes, pobrecito. Como un hermano de buen corazón, te liberaré de esta mala presión —la voz del pajarito resonó mientras se carcajeaba fuertemente.
Inmediatamente, llegó a 5 metros de distancia de Zeras con su enorme montura wyvern, sus venas resaltando en sus manos mientras enviaba el látigo estrellándose hacia adelante con velocidad, haciendo un corte diagonal en el pecho de Zeras...
—Tsk, tsk, tsk, qué ave tan cruel —sonó la voz del sistema mientras el látigo se estrellaba violentamente hacia el pecho de Zera.
Sin duda era un ataque del que jamás podría curarse, y ¿el pájaro decía que estaba liberando a su hermano? Qué amable de su parte...
—Karma, ahora creo que estoy empezando a entender la ley del karma —reflexionó Zeras mientras de repente movía su mano derecha hacia el látigo y lo agarraba, antes de tirar violentamente al pájaro de su wyvern.
—¡¿Ehhh?! —Se pudo escuchar el shock del pajarito que fue arrancado de su montura y su látigo arrebatado de sus manos.