—¿Genios monstruosos, eh? —Zeras reflexionó antes de encogerse de hombros.
—Pareces demasiado confiado en ti mismo. Como si nunca hubieras perdido una batalla antes... —dijo Audrey mientras Zeras se reía entre dientes.
—¿Nunca perdido una batalla? He perdido muchas batallas, batallas donde no tuve más opción que correr con el rabo entre las piernas y rogar para que mis piernas se movieran cinco veces más rápido para poder escapar —dijo Zeras mientras Audrey estallaba en una risa estruendosa.