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CRAAAACKLE
CRACCCKLE
El sonido de los rayos crepitantes y del trueno retumbante se eco por todo el mundo, mientras que las gotas de lluvia comenzaban a caer del cielo como si los propios cielos estuvieran llorando.
Golpeadas por la lluvia había dos figuras, una yacía en el suelo mientras la otra se sentaba al lado de su cabeza, sosteniendo con las manos una cadena de color carmesí, la cual lentamente iba perdiendo su color carmín, revelando un increíble y brillante color dorado que destellaba con una luz dorada de otro mundo en las manos de Zera.
Despacio, Zeras sujetó la cadena firmemente con ambas manos antes de lentamente colocarla alrededor de su cuello. Inmediatamente tocó su piel, y una sensación de frío recorrió todo el cuerpo de Zera mientras sentía el latido ardiente de su corazón, ralentizarse y la ira que quedaba en su corazón se dispersaba lentamente.