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—¿Cómo siempre atraes a tantas personas, Zeras? Cuéntame ese secreto de tu encanto divino —preguntó Minnie con ojos de cachorro.
—Eh, en realidad no hay nada de encanto. Solo son tres pasos. Asegúrate de que te importen, y eso se hace recordando sus caras, sus nombres y sus libros favoritos más probablemente. Segundo, cuando vuelvan al día siguiente, que sus libros ya estén preparados para ellos en tu escritorio en lugar de simplemente pedirles que vayan a recogerlos a algún lugar. Y por último, siempre di que esperamos que tengan un tiempo feliz y que esperamos que vuelvan mañana. Eso es todo. Simple, ¿verdad? —preguntó Zeras con una sonrisa socarrona mientras los demás rodaban los ojos hacia él.
—Sí, realmente es simple, tener que recordar el nombre de más de un grupo de cincuenta, conocer también sus libros favoritos e incluso recordar sus caras. Eso es realmente fácil... —dijo Minnie mientras fruncía los labios.