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La presión que emanaba del cuerpo de Horora era suficiente para hacer arrodillarse a cualquiera por debajo del rango de etapa galáctica, pero Atherston pudo calmarse y no entrar en pánico en absoluto.
Eso era porque sabía bien que esto era solo el cuerpo de Horora. No tenía alma presente en su interior. Los cultivadores de rangos como el de las criaturas ante él podían separar fácilmente sus almas de sus cuerpos, los cuales podían ser fácilmente manipulados.
Entonces, en lugar de caminar por el mundo con el cuerpo gigantesco de un gato abisal, Horora eligió pasearse en su forma de alma en su lugar.
En tal estado, aunque más débil que su verdadero cuerpo, podía manipularlo para convertirse en cualquier criatura en la que decidiera transformarse.
