—Eso es porque nunca has dejado la EIA. Estábamos dentro, así que no vimos problema hasta que salimos de ella. Es como la gravedad. Uno ni siquiera sabría que existe hasta que intenta salir de ella saltando desde el suelo. Solo entonces se notaría su efecto.
Ahora que no tengo una organización conmigo, es justo como cuando empecé. Solo yo y el sistema... —murmuró Zeras con una sonrisa en su rostro. Ahora ni siquiera estaba seguro de si la decisión que tomó en aquel entonces había sido buena.
—Mi segunda ventaja es que, de aquí a tres años, el mundo entero me dará por muerto... —dijo Zeras, un brillo apareciendo en sus ojos.