Era una sensación de dolor. Un dolor que desgarraba el mismo tejido de su existencia, pero acompañando a eso también había una sensación de intensa pérdida y debilidad.
Era un extraño sentimiento de estar incompleto. Eso era lo que Zeras sentía mientras veía su núcleo de mana presente en el apretón de Adrián.
—¿Sabes por qué intento matarte lo más suavemente posible? Hacer todo eso era solo para que pudieras relajarte. Una vez que un cultivador de mana se relaja completamente, lo mismo se puede decir de su núcleo de mana y ese sería el mejor momento para devorar su núcleo de mana.
—Pero tú tienes que resistirte tan locamente y malgastar todo el esfuerzo de mi arduo trabajo. Ahora tu núcleo de mana solo está al 20% de su plena capacidad y no me beneficiaría mucho. Pero extrañamente ese no es el caso... —Adrián dijo y en el siguiente momento, el corazón de Zer se detuvo al ver su núcleo de mana lanzado al aire.
