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Kain caminaba a través del enorme y muerto silencio de la jungla, observando la parte trasera de su cabeza mientras sostenía firmemente la pistola en su mano.
Sabía que un movimiento en falso, y ni siquiera sabría cómo había muerto. No solo tenía que tener cuidado con los demás participantes, sino que también tenía que buscar lugares donde los Boletos Dorados podrían estar escondidos, según la pista que les dieron los enviados.
De repente, sus ojos se estrecharon peligrosamente al sentir un brillante Halo pasar a través del lugar, lo que le hizo aparecer instantáneamente detrás de la parte posterior de un gran árbol mientras se agachaba dentro, pero sin escuchar ningún otro sonido, giró la cabeza para mirar el lugar de donde venía el Halo, pudiendo recogerlo lentamente en la distancia.
