—Abre tus ojos... —Inmediatamente Zeras abrió sus ojos inyectados de sangre mientras miraba la esfera carmesí oscuro abisal en sus manos que despedía una hermosa luz carmesí oscura que debería haber atraído a la gente pero que haría que a cualquiera se le erizaran los pelos de la nuca.
Los ojos de Zera se agrandaron por la sorpresa, las venas en su frente desapareciendo lentamente mientras sus ojos inyectados de sangre recuperaban su azul penetrante.
—Guau, ¿y qué es esto? —preguntó al hombre con los ojos muy abiertos incapaz de apartar la vista de la bola en sus manos.
—Esa es una bola de Maná del Caos... —dijo el hombre con una sonrisa mientras la bola desaparecía lentamente de sus manos.
—Guau. Eso significa... —Y de inmediato el hombre se movió al instante, su rostro apareció a una pulgada del rostro de Zera, mientras que sus ojos se volvían un oscuro abisal.