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—¿Cómo puedo olvidar... —Zeras murmuró mientras se giraba mirando el cuerpo inconsciente del último Zugrof.
Era el de una hembra con un cuerno púrpura y la cargó antes de girarse hacia el oscuro portal.
Ya había hecho todo lo que podía por un humano compañero. Que un humano como él se convirtiera en esclavo de otra raza le llenaba de intenso asco pero ya había intentado lo mejor para convencerla de lo contrario. En cuanto a cómo iba a resultar todo, entonces ya no tenía nada que ver con él.
—HUUUUUUU —Zeras exhaló ruidosamente mientras se volvía para mirar la vasta área que dejaría atrás. No había duda de que había crecido enormemente en fuerza desde que llegó aquí y también se había acercado más a sus objetivos. La Expedición a las Ruinas valió la pena.
El caótico portal giraba alrededor aleatoriamente mientras Zeras entraba en él, su cuerpo desvaneciéndose de inmediato.
Un Empujón Rápido...
