—Los dientes apretados en odio —Shima avanzaba paso a paso, dejando sangre en cada uno de ellos.
—¡Había quedado lisiado!
—Era una noción increíble que hubiera pensado que era una broma, no importa quién se lo dijera, pero acababa de pasar.
—¡Y eso hecho por un despreciable del reino inferior! ¿Cómo volvería a casa con su cuerno mutilado? ¿Cómo lo vería el clan?
—Él, el duodécimo genio del clan Zugrof, había quedado lisiado por un despreciable. Sería la broma más pesada que jamás haya escuchado el reino superior y, definitivamente, sería asesinado por el clan por mancillar su nombre.
—Lentamente avanzó hacia el despreciable inconsciente, con los ojos rebosantes de odio.
—Su energía se drenaba rápidamente en ausencia de su cuerno y era muy consciente de que ya no tenía un lugar al cual volver, así que bien podría usar los últimos remanentes de energía dentro de él para matar a todos sus oponentes.