El mundo temblaba, se abrían grietas a lo largo de miles de millas y las montañas eran reducidas a meros escombros mientras se libraba una batalla entre una multitud de razas.
Sed de sangre e intención de batalla cubrían el campo de batalla mientras seres de cuerpos gigantescos se enfrentaban entre sí.
Una bestia parecida a un tigre fue rasgada en dos mitades por un ser con enormes garras como de acero. Su cuerpo gigantesco estaba cubierto por una secreción oscura como armadura. Dos alas diabólicas con forma de murciélago y terminadas en cuernos brotaban de ellas, mientras en su frente se podía ver un cuerno curvo brillando con poderosa energía de color rojo.
Arrasaba con seres innumerables con sus dos enormes garras, desatando el caos en el campo de batalla de manera imparable e invencible.
