El salón de entrenamiento era otra gran estructura en la zona, con casi 7 pisos de altura.
Zeras miró la alta estructura, mientras tomaba una profunda respiración antes de entrar en el lugar.
Su mente estaba confundida por demasiadas preguntas, como por qué el sistema decía que debía encontrarse con Gaia y por qué el comandante Shiron le pidió que protegiera a Gaia, además de por qué Gaia siempre está entrenando en el salón de entrenamiento sin descanso.
Aunque todos parecen simplemente ignorar eso como si ella fuera una psicópata, Zeras no subestimaría a la gente. El entrenamiento es duro, no hay razón por la que a alguien le gustaría, hacerlo cuando a uno no le gusta solo podría significar que no tenían elección, pero ¿qué elección no podría tener Gaia?
Todo parecía simplemente notificarle sobre algo malo que podría suceder en el futuro y eso preocupaba mucho a Zeras.
Zeras entró en el lugar, lo miró por dentro y se maravilló de su belleza.