—Pensar que yo, Alex Mercer, caeré ante un niño. Pero por alguna extraña razón, estoy muy contento. Tienes un potencial ilimitado, chico; habría muerto felizmente si pudiera entrenarte personalmente pero desafortunadamente, tú también morirás, y pronto vendrás a encontrarme en el infierno —dijo el hombre con una sonrisa siniestra mientras caía lentamente al suelo con un golpe, muerto.
Zeras miró extrañamente el cadáver bajo sus pies preguntándose por qué el hombre dijo que él también moriría pronto, pero lo ignoró mientras se movía lentamente hacia afuera del lugar.
Al pasar la tarjeta por la puerta, esta se abrió inmediatamente haciéndole sentir en la nariz el aire fresco, algo que apreció mucho comparado con el aire lleno de sangre en el lugar.
Ahora, solo quedaba una cosa final y era encontrar una manera de comunicarse con el mundo exterior.
Necesitaba llamar a la EIA [Asociación Intergaláctica de la Tierra], son los únicos que pueden sacarlo de esta mierda.
Todo lo que necesitaba era un teléfono y el único lugar para conseguirlo era donde se quedaba el Jefe de la Base.
Zeras se dirigió inmediatamente hacia la zona prohibida donde se suponía que estaba ubicado el Jefe de la Base.
Al llegar frente a la puerta de color dorado, pasó la tarjeta por la puerta y esta se abrió lentamente. Entró en ella en el siguiente segundo mientras se maravillaba de la belleza del lugar.
Esta era la habitación más hermosa que Zeras había visto en su vida mientras se quedaba allí un poco estupefacto.
Nunca había visto azulejos azules tan brillantes, las pinturas exquisitas, las gemas centelleantes que bordeaban el techo emitiendo suaves olas de luz; el orfanato no podía compararse con el 1% de la belleza de este lugar.
Su mirada se volvió inmediatamente enfocada en el siguiente segundo mientras se concentraba en lo que vino a hacer.
Comenzó a buscar por todas partes, pero incluso después de cinco minutos, no encontró nada en absoluto.
—¿Buscas esto? —dijo una voz a Zeras y él inmediatamente estrechó sus ojos y giró hacia atrás con su velocidad más rápida, pero aún así no vio nada.
Una expresión de shock apareció en la cara de Zeras mientras giraba bruscamente su cuello hacia arriba y ahí estaba.
Se podía ver a un hombre parado boca abajo, sus piernas pegadas al techo mientras colocaba ambas palmas en la parte posterior de su cabeza balanceándose en el techo sin caerse.
—Te tomó suficiente tiempo, chiquillo —dijo el hombre mientras saltaba del techo rodando en el aire y aterrizando sobre sus dos pies.
La mirada de Zeras se endureció inmediatamente mientras miraba al hombre, más sorprendido de lo normal.
Había estado allí desde hace rato y no lo había sentido hasta que bajó del lugar.
El hombre tenía el cabello corto y oscuro, ojos hundidos y nariz, y un cuerpo ligeramente gordo. Su mirada estaba teñida de orgullo pero el aura alrededor del hombre era increíblemente peligrosa ya que Zeras sentía su corazón palpitar dentro de su pecho de horror.
—¿Quién eres? —dijo con la voz temblorosa sin saberlo un poco.
El hombre resopló fríamente con desdén antes de decir:
—Irrumpes en la zona prohibida destinada al Jefe de la Base y ahora preguntas quién soy. No será la misma persona que acaba de destrozar mi unidad de guardias, ¿verdad? —dijo el hombre mientras miraba a Zeras, con desdén en la comisura de sus labios.
—En cualquier caso eso no importa, creo. Lo que importa es esto, ¿no es así? —dijo el Jefe de la Base mientras le colgaba su reloj a Zeras.
Era la única cosa en la base que actuaba como un medio de comunicación para cualquier cosa fuera de la base.
Lentamente atando el reloj en sus manos firmemente, le dijo a Zeras:
—¿Lo quieres? Ven a tomarlo.
Una notificación del sistema apareció de inmediato
[Huésped, se ha encontrado con un despertado con un Gen de grado D.]
[Misión activada: Derrota al enemigo.]
[Recompensa: +90 EXP]
Su mirada se estrechó inmediatamente mientras sus manos alcanzaban sus bolsillos.
Notó la palabra "despertado" en la descripción del sistema y supo que esta pelea no iba a ser un paseo por el parque.
Puede que sea su lucha más difícil hasta ahora. Una pelea con un despertado.
—No has sido más que basura de un orfanato y vendido a nosotros para actuar como una rata de laboratorio. Creo que esto debería haberte dado una idea de lo que más importa en este mundo. Y eso es la fuerza.
Solo con suficiente fuerza podrás buscar tu venganza contra la familia Celestria. Y no cualquier fuerza, una fuerza verdaderamente poderosa como más tarde aprenderás que el poder de la familia Celestria no es ninguna broma.
Así que tengo una oferta para ti, chico —dijo el hombre con una sonrisa.
La mano de Zera acercándose a su bolsillo se ralentizó un poco, pero no se retraían.
—Si quieres fuerza, entonces ¿por qué no te unes a nosotros? Únete a la Organización Mutante. Incluso esta base es solo una sucursal secundaria sin importancia de la organización real. El poder de la organización está más allá de tu comprensión.
Sé que tenías talento al ver lo fácilmente que saliste y casi destruiste la base. Tu acto es más que suficiente para que la base te apoye y tu grado de gen ni siquiera importará. Solo necesitas poder resistir el suero y mutarás para volverte más poderoso. Entonces podrás vengarte fácilmente de la familia Celestria.
—¿Qué te parece? —dijo el hombre, esta vez con una expresión seria—. Parece que estaba decidido a reclutarlo pero desconocido para Zeras, él no estaba interesado. La única razón por la que creó tal oferta fue porque Zeras tomó el suero del cual le habían pedido probar el efecto y aún estaba vivo, a diferencia de otros.
Zeras fue el único sujeto experimental exitoso del suero y se estaba preguntando si fue el suero lo que mejoró su fuerza.
Solo necesita entregar al joven a la Base Principal y finalmente podrá fusionarse con su primer suero genético, la recompensa por la prueba exitosa.
Zeras pensó en ello mientras sus manos se retiraban lentamente de su arma con una expresión de lucha en su rostro.
Viendo esto, el Jefe de la Base lentamente descansó sus manos en la parte posterior de su cabeza como si le diera espacio para pensar en ello cuando sus ojos se abrieron de shock en el siguiente segundo.
La mano en retirada de Zera alcanzó inmediatamente el arma al ver que el hombre bajaba la guardia y disparó hacia adelante tres veces.
—Vroom, Vroom, Vroom...
El Jefe de la Base, aunque sorprendido, aún pudo reaccionar mientras su cuerpo se movía con mortal precisión desapareciendo inmediatamente de donde estaba y cubriéndose.
—Creo que has elegido tu respuesta, chico. Y es una que lamentarás muy pronto...