—Supongo que entonces ya has tomado una decisión, ¿no? —Zeras le preguntó mientras miraba a Felicie, quien quería asentir, pero no pudo evitar notar algo extraño en la voz de Zeras.
De alguna manera, se sentía diferente, aunque las palabras le parecieran las mismas.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó ella con los ojos entrecerrados.
—Estoy diciendo que ya has tomado una decisión, de nunca volver de verdad, como tu tío y todos predijeron... —respondió él, haciendo que los ojos de Felicie se abrieran ampliamente.
—Nunca tomé esa decisión.
—Bueno, ahora lo acabas de hacer. Hay Otromundistas que te harán morir si te atreves a quedarte entre ellos.
Nunca te permitirán entrar en la torre con ellos, y las probabilidades de que incluso sobrevivas en la torre son nulas.
Y quién puede decir que aunque yo te protegiera y te hiciera entrar en la torre, ninguno haría un movimiento contra ti cuando estés dentro.