El estadio pronto se llenó de ruido, con las diversas conversaciones de los líderes de los clanes, que discutían el último test y la elección de sectas por parte de sus genios.
Para ellos, el último test era indudablemente para ser superado por sus diversos genios...
Pero en medio de la discusión se encontraba Zeras, quien reclinaba su espalda en el asiento, los ojos cerrados, pero estaban completamente abiertos en su mente, ya que Zeras pensaba en el segundo test que acababa de tener...
El test que le había mostrado su muerte, y la pregunta que el otro Zeras le había hecho...
—Qué patético es el hecho de que solo dos personas se preocupen por la venganza después de tu muerte...
«Realmente soy un guerrero solitario, y parece que no puedo enfrentarlo todo solo», pensó Zeras para sí mismo, mientras apretaba fuertemente las manos juntas.