—¡Y el ganador es... R'ai!
Una vez más, el ensordecedor ruido de la multitud reverberó por el salón mientras Rey acababa con su oponente de un solo golpe.
Su espada aún vibraba con un brillante azul mientras la energía y el humo suave se elevaban de ella. Sostuvo el arma como un experto y la envainó al instante después de terminar con su oponente. En el momento en que la hoja entró en la vaina, ambos objetos desaparecieron.
—Huu... —Vapor salió de sus labios mientras suspiraba.
Una mirada despreocupada cayó sobre el perdedor del combate—un veterano en el Tercer Escenario—que ahora estaba inconsciente y espumeando por la boca.
«Eso fue un poco difícil...», pensó Rey. No se refería al combate en sí, sino a que él se estaba conteniendo.
Un poco más de poder y habría causado más daño del previsto.
«Ajustar cuánta salida tengo es una molestia. Me recuerda a mi tiempo como Jet, pero en ese entonces no era tan fuerte.»
Rey apartó todos sus pensamientos y dejó el escenario.