—Tendré que pedirle disculpas a Jet por no escuchar sus últimas palabras —Noah enfundó su espada mientras exhalaba un suspiro, un poco de neblina saliendo de sus labios. Fijó su mirada en Britta, que permanecía en silencio tendida en el suelo.
Sería mentira si dijera que no se sentía mal por ella.
No solo había perdido contra él, sino que toda su resolución—la fuerza que había reunido con tanto esfuerzo para levantar su espada—fue inutilizada por él.
—No deberías sentirte tan mal —murmuró Noah mientras miraba hacia el horizonte.
A pesar de que Britta estaba sangrando, él no le prestaba mucha atención. Ya sabía que ella no moriría ni sufriría daños permanentes por su herida.
También estaba algo atento a ella, así que no podría tomarlo por sorpresa.
—No como si eso fuera a pasar, aunque... —con solo mirar a Britta era suficiente para decir que su voluntad de luchar había desaparecido.
Había roto completamente su espíritu de lucha.