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—¡Este hombre... es fuerte! —Cuando Conrad miró al aventurero conocido como Ralyks, no pudo evitar preguntarse por qué nunca había oído hablar de este hombre antes.
Su fuerza era demasiado abrumadora.
—No puedo creer que realmente derrotara a un Comandante Dragón él solo. ¡Ni siquiera parece tener un rasguño! —Conrad ya comenzó a sospechar que este hombre no era humano.
Como alguien que era un líder de los humanos, conocía muy bien cuáles eran sus límites.
Ralyks los había superado con creces.
Pero... ¿eso realmente importaba para Conrad?
¡NO!
—No me importa si es un Elfo, un Demonio o lo que sea. Lo que importa es si está de nuestro lado. —Y eso era lo que tenía la intención de asegurar.
