—SASHA
Ambos temblaban y Sasha sentía que si recibía una noticia más mala sus piernas literalmente flaquearían. Pero ella también tenía una visión. Y mientras Zev la besaba con toda su gratitud y amor, murmurando lo agradecido que estaba por ella, ella se apartó, negando con la cabeza.
—Vamos a hacerlo —dijo con firmeza, tanto para convencerse a sí misma como a él.
Él asintió.
—Sí, lo haremos. Los vamos a derribar.
—Y vamos a recuperar a nuestro bebé y asegurarnos de que nunca tengan la oportunidad de hacerle esto, ¿verdad?
—Correcto —dijo él con voz ronca.
—Bien, bien —dijo ella sujetando sus antebrazos mientras él sostenía su rostro—. Entonces... —ella tragó—. Ahora mismo, estás hablando con los lobos y diciéndoles que es hora de ponerse en movimiento. No más reservas. Vamos a pasar a todos por el Portal y al Lugar Seguro. Ahora mismo.
—De acuerdo.