—¿Qué es? —preguntó Sasha.
Sasha se reprendió a sí misma por incluso pensar en esos términos.
—Nada —respondió ella—. Ya era Alfa, con una pareja impresionante que la amaba, y la posibilidad de formar una familia. Su energía y enfoque necesitaban dirigirse a las hembras, a la Quimera en su conjunto. Porque si lograban sacarlas a salvo, el resto se resolvería para todas ellas.
Los pensamientos sobre las hembras inevitablemente llevaron a hablar del plan y de cómo recuperar al resto de ellas. —Tenemos que ser muy cuidadosas —susurró Sasha, nerviosa, con mariposas revoloteando en su estómago ante la idea—. Solo tendremos una oportunidad para sacar a las hembras de allí porque tan pronto como se descubra que faltan algunas, el equipo sabrá que debemos llevarlas a Thana. Y vendrán, ¿verdad?
Zev estuvo de acuerdo.
—Así que no podemos tener retrasos. Tenemos que tomarlas y llevarlas al nuevo lugar en una sola noche —aclaró.