—ZEV —inhaló profundamente, observando a los clanes reunidos. No lo estaban combatiendo, pero tampoco le brindaban su apoyo todavía. Necesitaba inspirarlos, persuadirlos en sus corazones.
—Una vez más deseó que hubieran tenido más tiempo para ver a Sasha en su fortaleza. Para escuchar su pasión. Aunque estaba casi seguro de que los lobos ya estaban al servicio de ella, abrió su mente mientras hablaba y mostraba a los lobos sus recuerdos de ella al mismo tiempo que llamaba a que se pusieran públicamente de su lado.
—Su mundo es diferente, Quimera —les dijo—. He vivido en su cultura —los lobos observaban, escuchando cada palabra—. Ellos son mucho más distantes. Mucho más insulares. Tienen un dicho "vive y deja vivir", y así se dan espacio el uno al otro. Se reúnen en números mucho menores, leales a las unidades familiares en las que nacieron, o las que eligen en la adultez.