—Me necesitas —le dijo a Nathan en voz baja—. Me necesitas a mí y necesitas a Zev. Necesitas que estemos sanos y productivos. No solo necesitas que estemos cerca físicamente, sino también emocionalmente; necesitas que el vínculo haga su trabajo. Ya has visto en los últimos tres años que ninguna cantidad de interferencias o planificaciones va a tener el mismo efecto que el vínculo Chimeran.
—No estoy embarazada —afirmó con firmeza—. Pero estoy bajo un estrés extremo, shock y miedo. Estoy enfadada y todo mi cuerpo funciona con adrenalina. Mientras sea así, va a alterar mi ciclo y aunque me dieras medicamentos para forzar todo eso, no puedes obligarme a quedarme embarazada. Tampoco puedo forzar a mi cuerpo a hacer eso. Eso es solo una parte de todo esto sobre la cual no tienes ningún control.