—¿Has visto a Kyelle esta mañana? —Las palabras parecían filtrarse en la cabeza de Zev, como si Lhars no estuviera completamente seguro de querer compartirlas. ¿O quizás estaba asustado de la respuesta? ¿Qué le había pasado a Kyelle? Zev se tensó.
—No. ¿Está bien? —preguntó Zev, tratando de no imponer su autoridad de Alfa. No quería romper la frágil paz que habían encontrado. Pero estaba preocupado.
—Estoy seguro de que está bien —respondió Lhars—. Pero está enojada conmigo. Creo que me está evitando.
—Buena suerte cuando está molesta. ¿Qué hiciste esta vez?
La masticación de Lhars se ralentizó por un momento. Fue la única advertencia que tuvo Zev que este no era un momento para bromear con su hermano.
—Le conté acerca de mis sentimientos por ella. Traté de besarla.
Zev tuvo que bajar su propia cabeza para que los demás no vieran la sorpresa pintada en su rostro. ¿Lhars realmente se le había acercado?