—Este es el lugar favorito de Yhet, por eso construyó su hogar aquí —dijo Zev en voz baja—. Pero ahora no soporta estar aquí, así que rodea el lugar cuando viaja. Solo ha estado en la cueva un puñado de veces —dice que su duelo empeora cuando va allí. Así que dijo que le encantaría que la usáramos. Dijo... dijo que es un lugar lleno de amor, así que le haría feliz si lo llenáramos de esa manera otra vez.
Sasha quería llorar por el querido hombre que les había dado un lugar tan hermoso para visitar y descansar. Se hizo una nota mental para pensar en algo que darle como agradecimiento cuando volvieran.
Sasha recogió un puñado de bayas de la bolsa que Zev había traído, puso una en su boca y luego se giró, sosteniendo otra para él.
Zev miró hacia arriba sin levantar la barbilla, sus ojos brillando con picardía. Ella alzó una ceja. —Solo te estoy ofreciendo dártelo, eso es todo —dijo, sonriendo.