~ ZEV ~
Sasha jadeó y Zev giró en redondo para enfrentarse a la orilla, llevándola tras él y gruñendo, incluso cuando reconoció la voz y a quién pertenecía.
—Jhon, no planeamos esto. Ella vino a bañarse cuando los demás no estarían aquí —dijo Zev—. No sabía que yo estaría.
—Es una historia convincente —se rió su mejor amigo—. Mejor no dejes que la manada se entere de esto, Zev. Te van a pelar.
—Lo sé. Solo estaba explicando —respondió Zev—, ella no entiende la jerarquía ni los rituales de apareamiento.
Su mejor amigo, alto, musculoso y claro en todo donde Zev era oscuro, finalmente salió de los arbustos que rodeaban las piscinas minerales. Estaba sonriendo de oreja a oreja y Zev gimoteó internamente. No iba a olvidar esto pronto.
Especialmente porque Jhon sabía cuánto había suspirado por ella después de haber dejado el mundo humano. Su amigo había sido un apoyo y un aliento necesario durante esos años. Pero ahora había un filo en su sonrisa que Zev comprendía.