~ SASHA ~
—Es encantador, Oska, gracias —repitió Sasha torpemente—. Estoy segura de que seremos muy buenos amigos. Siempre me han gustado los conejos. Era la única mascota que nos permitían tener en nuestro apartamento mientras crecíamos.
Pero todos en la mesa se lamentaron. Sasha cerró la boca y miró a todos ellos, quienes estaban observando a Oska.
Hubo un golpe formidable. Toda la mesa se sacudió y Sasha se sobresaltó. Oska se puso de pie tan rápido que la silla cayó al suelo detrás de él.
—¡Lo dejé muy claro! —gritó al final de la mesa hacia ella—. Todos en las mesas cercanas se callaron y se voltearon a mirar. Sasha captó varios ojos en blanco. —¡Somos LIEBRES! ¡LIEBRES!
La boca de Sasha se abrió de golpe.
—Oh, querido, lo siento, nunca quise —Lhars se lamentó—. Oska, ella es humana, no sabe —dijo interrumpiendo.