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Elisa e Ian llegaron a la casa del magistrado poco después. Cuando entraron, el magistrado, que había sido notificado por Caín de que la persona que venía era el Señor de Warine, inmediatamente ordenó a su sirviente que trajera el mejor té para los dos.
El hombre se sentó frente a Ian con su mano frotándose dentro de su oficina —Señor, es mi mayor logro tenerlo en mi casa.
—Necesitamos que nos responda unas cuantas preguntas —instruyó Ian, cortando las alabanzas del hombre que eran pura estupidez y pérdida de tiempo en ese momento.
—¿En qué puedo ayudarles? Lo que sea que me pidan, pondré todo de mi parte para ayudarles —dijo el magistrado cuyo nombre era Marvin.
—He oído rumores sobre cuerpos desaparecidos de la tumba. ¿Es eso cierto? —Ian preguntó, lo que hizo que la sonrisa del hombre cayera lentamente y le viniera la nerviosidad a la cara.
—S-Sobre los cuerpos desaparecidos, Señor. Puedo explicar eso...