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La bruja pelirroja se giró y sus ojos verdes lima miraron al rey de los licántropos impasiblemente.
—¿Qué quieres, Serefina? —preguntó Jedrek.
La bruja se acercó, pero no rompió el contacto visual con él. Su capa roja ondeaba contra el viento mientras se movía grácilmente.
Jedrek observaba cada paso que ella daba y se encontró en un ensueño.
¿Cuándo fue la última vez que la vio?
¿Fue en el jardín antes de su ceremonia de apareamiento? ¿Cuando rechazó su sugerencia de un último abrazo? Parecía que sí, porque después de eso, Jedrek no la había vuelto a ver y ella permaneció como un recuerdo borroso en su mente, especialmente cuando el vínculo entre Lila y él se fortalecía y los eventos posteriores hicieron que Jedrek casi se olvidara por completo de ella.
Pero, no el hecho de que Serefina había cruzado el puente y lo había traicionado.
