—Está cortejando a la muerte —murmuró Torak.
Raine soltó una carcajada al escuchar lo que Torak dijo, hasta que sus mejillas se tornaron carmesí y las lágrimas se acumularon en la esquina de sus ojos.
—¿Por qué te ríes? —Torak cruzó sus brazos enfrente de su pecho y preguntó a su compañera con desgana.
—Es imposible que estés celoso de él, ¿verdad? —dijo Raine cuando su risa finalmente se aplacó y se acercó a su gruñón compañero—. Tú lo conoces —añadió y luego se puso de puntillas para darle un piquito en los labios.
Torak la atrajo más hacia él agarrándola de la nuca y profundizó su beso, al sentir la urgencia de su compañera, Raine emitió una risita entre sus labios.
Pasó un rato antes de que Torak finalmente la soltara y descansara su frente en la de ella. —Tengo una paciencia que va más allá de las palabras para él, supongo —.Si hubiera sido otra persona, Torak habría reaccionado y seguramente la sangre se habría derramado.
—Lo sé, también amas a tu Gamma —dijo Raine.