—Realmente ha terminado... realmente ha terminado ahora... —Serefina murmuraba repetidamente en un tono devastador y tembloroso. Levantó la cabeza y miró profundamente a Kace. Una lágrima dolorosa cayó en su mejilla cuando se mordió los labios para mantener sus emociones a raya, pero falló miserablemente.
Su respiración se volvió irregular cuando Serefina intentaba entender que lo único que siempre había querido, pero sabía que eventualmente lo perdería. Este era el precio que debía pagar por estar viva una vez más.
Ahora, cuando finalmente volvió a pensar en ello, no sabía si había sido la decisión correcta la que tomó en aquel entonces con Selene, la diosa de la luna. ¿Siquiera valió la pena?
El dolor era casi insoportable para Serefina y sus rodillas se debilitaron mientras caía al suelo con el corazón alborotado.
Todo parecía opaco en sus ojos y nada era importante ahora. El conocimiento de perder a alguien, que era tan querido en su corazón, no mitigaba su dolor en absoluto.