—Si Maximus estaba sorprendido, no lo demostraría en su rostro. Preferiría esconderlo detrás de su sonrisa inquebrantable —dijo—. Simplemente seguí la orden de mi Rey en aquel momento. Espero que no me guardes rencor.
—¿Qué se supone que debo decir? ¿Debería decir, '¡Oh, dejemos el pasado atrás querido!' o, ¿esperas que te acaricie la cabeza y diga '¡Oh, Maximus es un buen chico!'? —dijo Lila, hablando como lo haría una persona dulcemente a un perro.
—Luego, rápidamente observó cómo su emoción se agitaba dentro de él después de escuchar su sarcasmo. Sus palabras habían desencadenado infaliblemente su ira que lentamente crecía a través de sus ojos. ¿Quién no reaccionaría así? ¡Ella lo había insultado en su propia cara!