Ese hombre dudó por un momento, pero sus ojos se endurecieron cuando tomó su decisión. —No —dijo fríamente—. No lo matarás. Estaba muy seguro de sus palabras.
No necesitó mucho tiempo para saber que esta chica ni siquiera sería capaz de herir a un mosquito. Se veía muy delicada, con una personalidad suave. Al menos, esa fue la primera impresión que tuvo cuando la vio por primera vez.
Esperanza tragó saliva, aunque su expresión no mostró su sorpresa, pero su mano temblorosa era visible para que Ethan e Ian entendieran toda la situación.
Esperanza solo estaba alardeando del hecho de que el hombre estaba vivo y ahora, dado que el otro cazador pensaba que la chica no sería capaz de herir al hombre muerto, dependía de Esperanza lo que iba a hacer a continuación para convencer al cazador.
—¿Estás seguro? —La voz de Esperanza temblaba ligeramente. Esperaba no tener que hacer esto—. ¿Realmente crees que no seré capaz de matarlo?