—¡Lobo! —Lo primero que Kace escuchó en el momento en que puso un pie dentro de la casa fue el sonido de la voz de su compañera.
La pequeña niña corrió por el pasillo y abrió sus brazos de par en par mientras se acercaba a Kace.
La sonrisa en el rostro de Kace era tan brillante que podría avergonzar al sol. Por instinto, Kace se inclinó y atrapó su pequeño cuerpo, que casi chocaba contra él.
—¡Hola, mi niña! —Kace la levantó y la alzó tan alto como le permitían sus brazos y eso hizo que Hope riera emocionada.
—¡Lobo! —Hope gritó—. ¡Alto! ¡Alto!
Kace giró sobre sus talones varias veces antes de poner a Hope sobre sus hombros mientras la pequeña agarraba su cabello oscuro.
Lana estaba parada no muy lejos de ellos, mientras que Serefina, al igual que en las visitas anteriores de Kace, estaba por ningún lado.
Aún así, a Kace no le importaba mucho. La bruja debe estar ocupada con algo, algunos asuntos de los que Kace no quería saber o involucrarse.