Raine miró a Esteban, quien la había mantenido bajo su mirada todo el tiempo, al igual que el resto de los Licántropos ocultos que habían recibido órdenes de protegerla dentro de esta Universidad, como si el hechizo de Serefina no fuera suficiente para mantener alejadas a las criaturas sobrenaturales no deseadas de ella.
Pero la pregunta permanecía. ¿Qué eran aquellas imágenes que Raine había visto antes? ¿Acaso empezaba a ver cosas debido al estrés y la agitación porque no podía encontrar noticias sobre Torak?
Raine no estaba segura porque las imágenes eran demasiado vívidas para ser una alucinación. La escena de Sunny abofeteando a Esteban se transformaba en su cabeza.
—¿Estás escuchando? —Sunny agitó su mano frente al rostro de Raine para llamar de nuevo su atención. —Raine... —exclamó desamparada.