```
Ignorando al pequeño conejito blanco, Raine se lanzó hacia Torak y lo abrazó fuertemente como si Torak fuera a desaparecer nuevamente de su vista si no lo hacía.
Raine estaba tan asustada que se acurrucó en su seguro abrazo.
Torak calmaba a su pequeña compañera en silencio mientras le acariciaba la espalda y le daba palmaditas en la cabeza diciendo con voz cansada —Está bien. Ahora estás segura.
Raine negó con la cabeza fervientemente porque eso no era lo que le preocupaba en ese momento.
—¿No se daba cuenta Torak de que ella estaba preocupada por él? ¿No veía que se sentía terriblemente asustada ante la idea de perderlo?
Pero Torak no sabía eso porque Raine estaba demasiado conmovida como para decir una palabra.
Con cuidado, Torak la levantó en sus brazos pero no dijo nada más. Sus ojos seguían rojos sangre y parecía tener dificultad para aclarar su mente. Torak seguía sacudiendo la cabeza como si quisiera despejar la niebla de sus ojos.