Tener a Jenedieth de visita ya era algo desagradable. Con ella a tan solo tres pasos de él era más allá de repugnante. Pensó que no podía empeorar más que tenerla bajo su techo, pero ahora se sentía aún más disgustado por su descarada demanda de hablar en privado con él. Torak se inundó inmediatamente de odio y aversión a causa de su olor.
Su olor... Su terrible olor había ahora contaminado el aire.
Había algo mal con su olor. Torak no se había dado cuenta antes, porque Jenedieth estaba bastante lejos de él. Al principio no le dio mucha importancia a su extraño olor. Porque todo lo que le importaba era la información sobre Raine. Necesitaba esa información más que nada. La anhelaba. Porque se trataba de su compañera, Raine.